A día de hoy, es muy habitual encontrase muchas parejas que, en vez de amarse y disfrutarse sanamente, lo hacen a través de las relaciones tóxicas. Sus egos e inseguridades hacen crecer la posesión del uno al otro y, aumente el resentimiento y los celos.
Es importante tener claro, por qué estamos envueltos en una relación tóxica. Es decir, identificar las causas, para después, poder revertir la situación. Conocerse y conocer al otro son dos partes fundamentales para superar cualquier relación tóxica.
Las relaciones tóxicas de pareja suceden cuando las dos personas de una relación afectiva sufren un malestar continuo en el ámbito emocional y sentimental. 1 Un punto recurrente, del cual ya hablaremos más adelante, es que, en las relaciones tóxicas de pareja, se origina una alta dependencia emocional. Este hecho conlleva que sea más difícil querer salir de la relación.
Uno de los aspectos que más causan las relaciones tóxicas es la distorsión de la propia imagen. Esto, evidentemente, lleva a una pérdida de la estabilidad emocional y social de cada uno de los integrantes de la pareja.
Para identificar una relación tóxica son habituales algunos patrones. Pero es recomendable acudir a un psicólogo u otro profesional para que nos pueda guiar correctamente.
Finalmente, se conduce a una fatiga emocional extrema y a otras consecuencias muy perjudiciales y adversas para la persona que lo sufre.
En la siguiente lista exponemos algunos indicios para identificar si estamos en una relación tóxica:
- Pérdida de identidad.
- Las necesidades del otro tiene prioridad a las nuestras.
- Se reciben chantajes, tanto directos como sutiles, los cuales siempre acabamos cediendo.
- Se tiene poca autoestima y no se expresan nuestras opiniones por miedo a perder al otro.
- En vez de amor, hay obsesión y posesión.
- No existen espacios íntimos o personales. Es un todo o nada.
- En vez de sentir felicidad y sentirnos plenos con el otro, experimentamos sufrimiento.
- No se permite el crecimiento personal de los integrantes de la relación.
- Y, por supuesto, no existe una base de confianza. Los celos y la desconfianza son recurrentes.
¿Por qué nos enganchan las relaciones tóxicas?
La dependencia emocional en una relación tóxica es aquella en la que nuestro bienestar y nuestra felicidad depende de la otra persona. Es decir, que sentimos y nos valoramos según lo que nos diga y lo que nos muestre nuestra pareja.
No nos dejemos guiar, únicamente, por las palabras que nos diga nuestra pareja, sino por los actos que nos muestra.
La dependencia emocional nos engancha hasta tal punto que no somos capaces de cortar una relación, aun sabiendo que esa persona nos hace daño. Muchas veces por el hecho de sentirnos aterradas al imaginarse una vida sin dicha persona.
Podríamos decir que es como una adicción a una droga. Pero en vez de estar enganchado a una substancia, lo estás de una persona.
Además, es muy recurrente empezar a arrastrarnos por la pareja, hasta el punto de hacer cosas que no encajan con nuestros propios valores. Y llegamos a perder nuestra dignidad.
Hay una frase que nos dice la psicóloga Silvia Congost que dice lo siguiente:
“TÁPATE LOS OÍDOS Y MIRA”
Esta frase significa que para identificar si estamos en una relación que nos daña, siempre son más importantes los actos, que lo que se diga. Por qué las conductas no mienten, mientras que las palabras sí.
Factores individuales que favorecen a la aparición de relaciones tóxicas.
Según la psicóloga Mercedes de Lucas, en una entrevista en la cadena COPE, nos explica que en general existen relaciones tóxicas, no personas tóxicas. Pero, esto no siempre es así, comenta.
Hay diversos patrones y personalidades que favorecen a que las relaciones de una persona no sean sanas. Es decir, que aquella persona que es narcisista y egocéntrica, generalmente, lo será con sus relaciones. O aquella persona que necesita la aprobación de los demás, igualmente, se mostrará así con sus relaciones.
A PESAR DE QUE HAY CONDUCTAS DESADAPTATIVAS, UNA PERSONA PUEDE CAMBIAR Y CRECER. MEJORANDO LA CALIDAD DE SUS RELACIONES INTERPERSONALES Y DE PAREJA.
En la siguiente lista podemos encontrar algunos de los patrones que puedes ser más propicios a causar relaciones tóxicas:
- Poca confianza en uno mismo.
- Temor a estar solo.
- Sobreprotección en la infancia o falta atención de los progenitores.
- Poca seguridad y baja autoestima.
- Estar muy aferrado a las ideas del amor romántico.
Fases de una relación tóxica.
La primera fase es la fase de enamoramiento. A pesar de muchas creencias, la duración de esta fase es entre 15 días y mes y medio. El amor y la pasión están presentes en todo momento. Idealizamos a aquella persona sin encontrarle ningnún defecto.
Nos damos cuenta de qué hay cosas que no nos gustan, aunque las justificamos poniendo excusas. Es muy probable que no nos demos cuenta de que nos encontramos en esa fase. No dejamos que nuestras justificaciones y excusas se vean interferidas por otras opiniones del exterior. Es una fase que puede durar mucho tiempo, hasta que no nos demos cuenta.
LA SEGUNDA FASE, JUSTIFICAMOS LOS ACTOS TÓXICOS Y NO QUEREMOS RECONOCER LOS DAÑOS QUE SUFRIMOS. PUEDE TENER UNA LARGA DURACIÓN.
La siguiente fase es la de rebelación. Esto no quiere decir que de golpe le plantemos cara y nos rebelamos contra él. Si no que empezamos a poner pequeños límites en la relación, ya que pensamos más en nosotros y en nuestro bienestar.
Un ejemplo sería, quedar con algunos amigos o compañeros a los que a tu pareja no le gustaban, olvidarte de alguna tarea de casa que te había exigido tu pareja, ponerte la ropa que te guste a ti, etc. Estos son unos primeros pasos, muy importantes, para superar la relación tóxica.
Poco a poco, vas viendo las cosas más claras respecto a la relación. Te das cuenta de que todos los inputs que habías recibido de las personas de tu alrededor tenían mucha parte de razón. Aún, por eso, no quieres darte cuenta del todo y entras en una fase de rebeldía total.
Es importante recalcar, que cada persona puede experimentar de diferentes maneras cada fase. Dependiendo de su relación y de su manera de ser.
Lo muestras expresando tus inquietudes y comportamientos que no te gustan. En este punto, es muy probable que la pareja establezca dos tipos de conducta diferentes:
Por un lado, es habitual que la pareja recule un poco en sus actitudes tóxicas y, después de un cierto tiempo, vuelve a sus comportamientos habituales.
Por otro lado, también es habitual que tu compañero te haga sentir culpable aprovechando que estás con un temperamento más alto del habitual.
Finalmente, aparece la última fase, la cual se produce al salir del círculo tóxico. Cuidado, digo salir de la relación tóxica, no de la relación en sí. Quizás, en muchos casos, es muy habitual y coherente, alejarse de la relación para sanar y pensar con perspectiva.
Pero también podemos luchar por cambiar los malos hábitos e intentar convertir nuestra relación tóxica de pareja, en una relación sana.
La siguiente imagen muestra las diferentes fases de una relación de pareja tóxica, de una forma más visual:
¿Se puede pasar de una relación tóxica a una relación sana?
Sí, se puede revertir. El camino más eficiente es cuando las dos partes de la relación tóxica ponen su granito de arena. Pero, también, es un gran paso, que cualquier persona, aunque sea de forma individual, ponga esfuerzo y motivación por revertir la situación.
Un primer ejercicio, por ejemplo, es ver en qué parte estoy siendo tóxico o desadaptativo en la relación. Es decir, de qué manera estamos alimentando ese círculo vicioso que fomenta este tipo de relación.
Vernos fuera de este círculo, a pesar de los miedos y temores, nos enseñará qué es lo que realmente queremos, sobre todo emocionalmente, en la relación de pareja.
Abrirse a la comunicación asertiva, es otro factor clave para comenzar a sanar una relación de pareja tóxica.
Es importante que cada uno pueda expresar aquello que siente y desea, pero de forma controlada y sin dejarse llevar demasiado por sus emociones. Si no, con una actitud de intentar que la otra persona nos entienda sin atacarla ni hablando con tonos agresivos.
La promoción de la escucha activa es otro factor fundamental en la comunicación de pareja. Hacer el esfuerzo de intentar entender que no somos iguales que la otra persona y que tenemos deseos y emociones diferentes.
Finalmente, aclarar que, a pesar de que existe la posibilidad de cambiar una relación tóxica de pareja por una relación sana, no siempre hemos de intentarlo. Muchas veces, nos autoengañamos pensando que la relación puede cambiar.
Ser consciente de que distanciarnos de la relación, también es una opción muy válida. Y, aunque sea por un tiempo determinado, nos ayudará a verlo todo con perspectiva. Y menos de un modo tan emocional.
¿Cómo superar las secuelas de una relación tóxica?
Las relaciones tóxicas de pareja pueden dejar diversas secuelas a la víctima que la sufre. Según Salgado Aguado, J., (2019),2. Algunas de estas consecuencias son: baja autoestima, ansiedad, poca confianza con los demás y con ella misma, depresión, etc.
En el siguiente desplegable dividiremos las diferentes secuelas en relación con el nivel de gravedad:
LEVE
Las sintomatologías de carácter leve pueden ser: confusión, baja autoestima, dependencia, apatía, desinterés por la vida, etc.
MODERADA
Los síntomas de gravedad moderada, son miedo a tener relaciones nuevas (por qué se repita la misma situación), negación (se autoconvecen de que no es para tanto), baja autoconfianza, trastornos compulsivos, somatizaciones, entre otras.
GRAVE
El trastorno del estrés postraumático, trastornos de sueño, ansiedad, alerta constante, recuerdos angustiosos, amnesia disociativa, conductas autolesivas.
Una vez explicados las posibles sintomatologías que pueden devenir después de haber pasado una relación tóxica, es importante saber cómo podemos afrontarlas si las experimentamos.
En primer lugar, es realmente recomendable acudir a un profesional de la salud mental para que nos pueda aconsejar y escuchar nuestra situación. Por otro lado, nos será muy útil ser conscientes y entender lo que nos ha sucedido.
Informarse, es un primer paso para entender cómo se dan estos tipos de relaciones y si hemos pasado por una.
Además, rodearse de personas positivas y que puedan darte apoyo, es muy importante para superar las secuelas de una relación tóxica. Poder hablar de los sentimientos abiertamente es un paso muy importante para ti. Te servirá para identificar lo que has sentido y por qué.
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MARISOL PSICÓLOGA
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